¿ QUIÉNES ERAN " LOS HIJOS DE DIOS " QUE SE CASARON CON " LAS HIJAS DE LOS HOMBRES " ?

En medio de la maldad del hombre, descrita en Génesis 6, " los hijos de Dios vieron que las hijas de los hombres eran bellas y tomaron las que más les gustaron " ( Génesis 6:2 ). Para muchos lectores este versiculo parece tomado de la mitologia griega y está fuera de lugar en la Biblia. Pero, ¿ hablan las Sagradas Escrituras de estos seres en otra parte ? ¿ Son ángeles u otros seres divinos, o quizás humanos justos y rectos ? Otros pasajes del Antiguo Testamento dan a entender que esos " hijos de Dios " pertenecen a la corte celestial del Señor ( Génesis 6:2 ). El Libro de Job dice cómo " los hijos de Dios " ( Job 1:6 ) se presentaron ante Yavé, y los salmos hablan de " seres celestiales " ( en hebreo, hijos de Dios ) para dar gloria a Dios ( Salmos 29, Vulgata 28:1 ). Quizás el Génesis describe el reverso de lo que sucedió en el Jardin de Edén. Allá los humanos fueron tentados a comer el fruto para ser como Dios; aqui, seres que eran como dioses se mezclan con humanos. En ambos casos el resultado trae el desastre. Algunos consideran que los hijos de Dios fueron descendientes de Set que se corrompieron al casarse con " las hijas de los hombres ", descendientes de Cain ( Génesis 6:2 ). Comoquiera que sea, este oscuro pasaje es un ejemplo que el autor pone como muestra de la corrupción que existia.

EL PECADO: AMO Y ESTIGMA

La palabra pecado aparece en la Biblia por primera vez en el dramático relato de Cain y Abel. Cuando Cain no pudo dominar su ira ante el rechazo divino a su ofrenda, el Señor le advirtió: " El pecado está a tus puertas; anda acechando contra ti, pero tú puedes dominarlo " ( Génesis 4:7 ). El pecado se representa como una fuerza viva que está al acecho y debe ser dominada para que no se convierta en dominadora. Tal personificación del pecado es rara en el Antiguo Testamento. Siglos después, Pablo usa una imagen similar en el Nuevo Testamento. Con cierta extensión describe el pecado como un poder activo que se convierte en amo de la gente. En sus vibrantes enseñanzas, personifica al pecado como un estigma y un asesino, con tal fuerza que las cosas de Dios, incluso los Mandamientos, las usa como armas de destrucción. Como Pablo observa: " Yo no he conocido el pecado más que por la Ley " ( Romanos 7:7 ). Para él, el pecado es el mal que siempre " mora en mi " ( Romanos 7:20 ), de manera igual que el pecado estaba ante las puertas de Cain.